La Terapia Miofascial es un concepto de Terapia Manual a base de técnicas de evaluación y tratamiento dirigida a las fascias del cuerpo e indirectamente al resto del aparato locomotor junto con el resto de estructuras y vísceras.
La fascia es el tejido conectivo del cuerpo que envuelve los músculos, huesos y articulaciones de una forma tridimensional protegiendo y manteniendo la estructura del cuerpo unido, dándole la forma que tenemos. La fascia organiza y separa: proporciona protección y autonomía a cada músculo y víscera. Igualmente mantiene adheridas estas entidades y establece relaciones espaciales. Aparte de su función envolvente, la fascia permite el deslizamiento de planos musculares, la suspensión de los órganos en su lugar propio, la transmisión del movimiento desde los músculos a los huesos donde se halla adherida, proporciona una envoltura de apoyo y movimiento a los nervios y vasos sanguíneos durante su paso dentro y entre los músculos y, finalmente, cubre los órganos internos sosteniendo la red de los vasos sanguíneos y linfáticos que los mantiene nutridos.
Este tejido tiene un gran contenido en colágeno que puede sufrir acortamiento y endurecimiento (y con él la estructura en la que está integrado) ante determinados traumatismos produciendo restricciones en la movilidad de las fascias que desembocan en una alteración de la función y consecuente aparición de dolor. Como además el sistema fascial del cuerpo forma una red ininterrumpida e interconectada red, la lesión en una parte de la fascia puede causar alteraciones en otras zonas distantes a través de las compensaciones que hace el cuerpo para recuperar su equilibrio y mantener sus principios de economía y bienestar. Estos “traumatismos” pueden ser tanto impactos mecánicos, golpes, caídas, intervenciones quirúrgicas, como vicios posturales, estrés o alteraciones emocionales. La presencia de restricciones del sistema fascial y de su estructura interna crea ¨incomodidades¨ que interfieren en el desenvolvimiento funcional apropiado de todos los sistemas corporales. Un pequeño cambio en el sistema miofascial causa gran estrés en cualquier parte del cuerpo. No es posible mantener un cuerpo saludable sin que exista un sistema fascial en buenas condiciones. Este sistema debiera encontrarse en un equilibrio funcional para asegurarle al cuerpo la óptima ejecución de sus tareas cotidianas.
Las técnicas miofasciales utilizan maniobras de compresión tridimensional y estiramiento suave y mantenido para liberar esas restricciones cambiando la actitud estacionaria de las estructuras colagenosas y reorientar el recorrido de las fibras de colágeno. Éste es capaz de volver a su forma líquida y maleable. Por tanto se reestablece el equilibrio corporal, se eliminan los síntomas dolorosos y se recupera la alterada función del aparato locomotor. Por otro lado, los cambios que ocurren dentro de la sustancia fundamental del tejido conectivo permiten la movilización del sistema linfático, mejoran la circulación del agua y permiten un proceso de desintoxicación.
Por tanto para nosotros esta terapia es una herramienta de tratamiento muy valiosa pudiendose aplicar en sesiones completas o también en combinación con otras técnicas de fisioterapia u osteopatía. Tambien consideramos importante que el paciente sea tratado de manera global, prestando atención a toda la estructura.
¿Cuáles son sus beneficios?
Las Terapias Miofasciales se aplican particularmente en el tratamiento de lesiones del aparato locomotor. Entre el largo listado de las aplicaciones clínicas destacan por su efectividad los tratamientos de:
- Algias vertebrales (lumbalgias, lumbociáticas, cervicalgias y dorsalgias).
- Disfunciones de origen tendinoso: túnel del carpo, codo de tenista, codo de golfista, síndrome de De Quervain, tendinitis bicipital, tendinitis del manguito de los rotadores, pata de ganso, cintilla iliotibial y otros.
- Hombro doloroso.
- Fibromialgia – el tratamiento miofascial es un medio muy eficiente en el proceso de recuperación funcional de pacientes con síndrome fibromiálgico. Permite mejorar la función, disminuye la rigidez mananera, ayuda a combatir el dolor.
- Tratamientos de recuperación postquirúrgica.
- Cefaleas de origen mecánico.
- Fascitis plantar.
- Cicatrices postraumáticas y postquirúrgicas.
- Síndrome de salida torácica.
- Disfunciones de la ATM.
- Síndrome postlatigazo cervical (Whiplash).